Alfonso I

Alfonso el Batallador, como gigante de la comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza, personifica el rey de bastos; tras él, la puerta Baja de Daroca. Un palo de danzante de Novillas marca la familia de la carta.

Alifonso o Batallero, como chigán d’a comparsa de Chigans y Capezutos de Zaragoza, presonifica o rei de bastos; dezaga d’el, a puerta Baxa de Daroca. Un palo de danzán de Noviellas marca a familia d’a carta.

El símbolo del naipe está indicado por un palo de danzante de Novillas, uno de los más antiguos dances de la ribera del Ebro e, incluso, de Aragón.

El festejo más solemne e importante celebrado en Novillas es el dedicado a su patrona, Nuestra Señora la Virgen del Rosario; fiesta que se celebra desde 1678, cuando los dominicos de Magallón fundaron la Hermandad del Santísimo Rosario. El dance de Novillas guarda una total relación con esta cofradía, de la que en tiempos dependía, y aunque no podemos remontar su origen al de la Hermandad, es posible que con su fundación se empezase a danzar, como acto de culto y devoción, ante la patrona de la localidad. En todo caso, los testimonios más antiguos datan de 1806.

Esta tradición continuó ininterrumpidamente hasta 1928, fecha en la que se pierde, hasta que veintidós años después se recupera para realizarse, como antaño, en la plaza de la localidad y durante la procesión del Rosario.

Siguiendo la línea del palo, el rey, Alfonso el Batallador, aparece como el gigante que lo representa en la comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza. Parece que Alfonso V fue quien trajo a Aragón esta tradición italiana. Sabemos que en Zaragoza había comparsas de gigantes y cabezudos en el siglo XVI y que acompañaban, entre otras fiestas de la ciudad, a las procesiones del Corpus y la Minerva, mientras bailaban al ritmo de tambores y chiflainas. A lo largo del siglo XIX y hasta la actualidad se fueron incorporando nuevas figuras…